Mi historia con la televisión

La televisión ha estado presente desde mis primeros años como una cría hasta día de hoy, gracias a ella tuve una infancia muy bonita por los dibujos animados que solía ver o me ponian mis padres.
Que de pequeños madrugabamos los sábados para ver la tele, de eso no se salvaba nadie. Cuántas comidas y cuántas meriendas habremos asado delante de la televisión, y nuestras madres encantadas porque por fin les dabamos un respiro.

Recuerdo con nostalgia cuando mi madre me preparaba para ir al colegio mientras yo desayunaba viendo dibujos animados como "Los Rugrats", "Pokemons", "El Pájaro Loco" o lo que estuvieran dando en ese momento, me encantaba todo.

Yo por aquel entonces era una renacuaja que le encantaban esos dibujos y tenía juguetes, tazos, posters...

Mis dibujos preferidos era El Barrio Sésamo, porque aprendía y me divertía con ellos. Gracias a ellos aprendí lo que era cerca, lejos, izquierda y derecha. O que era el compartir, los colores, etc. Son bonitos recuerdos de una infancia donde cada día era la rutina de verlos y aprender de ellos.

¿Quién no se imaginó jugando en uno de los kilometricos campos de Oliver y Benji?
¿O dar la vuelta al mundo en 80 días con esas aventuras, o tener una mascota como Doraemon con nosotros?
Pero también tanto nombramos a estos dibujos animados como a los típicos de princesas y muchas más.
Cómo la mítica Barbie, con sus muñecas con las que les cambaibamos los conjuntos o las peinabamos tanto que luego eso ya no era ni pelo, si no estropajo jajaja.
La imitación del pajaro loco o nuestros padres con los muñecos famosos que metias la mano y hablaban haciendonos creer que no nos dabamos cuenta jajaja.